La disciplina consiste en aplicar una leve presión con las manos que pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo
Ante la imposibilidad de dormir bien, molestias menstruales o dolores de cabeza que nos torturan durante días, las mujeres no solemos quedarnos penando si una pastilla no es la solución a nuestro sufrimiento; preguntamos, investigamos, consultamos y recurrimos a terapias alternativas para paliar las molestias. Una de ellas es la Terapia Craneosacral o TCS, que consiste en aplicar una leve presión con las manos que pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo.
Durante treinta años ha demostrado ser eficaz en el alivio de diferentes patologías, procurando sensación de bienestar, y un paliativo a una amplia gama de trastornos vinculados con el dolor como por ejemplo de cuello y espalda, craneofaciales y migrañas, síntomas premenstruales, reduce la fatiga, el estrés y la ansiedad, calma el bruxismo, didipa el estrés postraumático y emocional, ayuda a controlar los ataques de pánico, mejora la escoliosis, entre otros. El tratamiento puede combinarse con otras técnicas tradicionales o complementarias.
También se recomienda como método preventivo ya que mejora el sistema inmunológico y aporta mayor energía, calidad de sueño y equilibrio físico y mental. La cadencia sacrocraneal puede ser percibida más fácilmente sobre los huesos del cráneo, pero un terapeuta entrenado puede hacerlo en cualquier parte del cuerpo. Todo es suave, la presión que se ejerce en el cuerpo es mínima, y su objetivo es sentir las cualidades del ritmo para encontrar dónde está siendo alterado para facilitar la autocorrección.
Todo empezó en 1900, cuando a un estudiante de osteopatía de Kirksville, Missouri, el Dr. William G. Sutherland se le ocurrió pensar que por el diseño que presentaban los huesos del cráneo podrían proporcionar la oportunidad de movimientos entre ellos, y le dedicó a su teoría más de veinte años de estudio. Realizó experimentos en su persona, usando un casco diseñado para ejercer presiones controladas y sostenidas en diferentes partes del cráneo para reproducir las distintas sintomatologías. Publicó su primer artículo con sus observaciones en 1930 y basado en su trabajo desarrolló un sistema para examinar y tratar a los huesos del cráneo. La especialidad fue denominada Osteopatía Craneal. Debido a que se conocía muy poco su funcionamiento y porque los resultados con los pacientes a veces parecían ser milagrosos, el método del Dr. Sutherland adquirió fama de esotérica.
En 1970, mientras ayudaba en una cirugía de cuello a un paciente el Dr. Upledger observó cómo se movía rítmicamente un elemento membranoso, en lo que le pareció ser el límite externo de un sistema hidráulico semi-cerrado. Después de haber consultado a sus colegas y todos los textos de medicina a su alcance, no encontró ninguna otra explicación a su observación que no se tratase de la hoja más externa de las meninges moviéndose rítmicamente de adentro hacia afuera alrededor de 10 ciclos por minuto. El Dr. Upledger llegó a la conclusión de que la presión dentro del saco membranoso dural fluctuaba rítmicamente. Sólo dos años después daba un seminario explicando la teoría del Dr. Sutherland y comenzaba la enseñanza de algunas técnicas de evaluación y tratamiento. Asociando su experiencia científica y su sensibilidad táctil, el Dr. Upledger entendió rápidamente cómo podría funcionar el sistema hidráulico dentro de un saco membranoso ubicado entre el cráneo y el canal medular. Incorporó algunas técnicas nuevas y mejoró las del Sutherland con gran éxito.
En 1975 le propusieron unirse al Colegio de Osteopatía de la Universidad de Michigan Departamento de Biomecánica como Profesor e Investigador. Al frente de un equipo multi- disciplinario integrado por médicos, anatomistas, psicólogos, biofísicos, bioingenieros, comenzó a investigar las primeras bases científicas del sistema craneosacral.
El equipo pudo explicar en términos científicos y prácticos la función del sistema craneosacro. Luego demostró cómo se podía realizar la evaluación del sistema y tratar diferentes trastornos cerebrales y medulares como también otros innumerables problemas de salud que antes no tenían explicación.
Durante dos décadas, desde sus primeras investigaciones, el Dr. Upledger editó tres libros de texto dónde explica el funcionamiento del sistema craneosacro en detalle, y también “Su médico interno y Ud.”, pensado especialmente para pacientes, donde explica sus descubrimientos.
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